¡Que gusto da estirarse por la mañana! |
El zorro ártico es un animal que, sin duda, es realmente fuerte y resistente a las extremas temperaturas del Ártico; habita por el norte de Europa, Asia y América, e incluso habitan algunos en Groenlandia o en islas próximas al círculo polar. Puede llegar a soportar temperaturas de hasta 50 grados bajo cero.
El zorro ártico tiene una gran cola que tiene una función similar a la de los gatos o muchos otros felinos: mantiene con ella el equilibro y, es más, la usa como manta para abrigarse en días fríos; se envuelve en ella. También tiene unas cortas orejas y un hocico chato. Estas características le ayudan a la hora de habitar en un clima tan frío.
Lo curioso es que, en verano, su pelo se acorta y se vuelve de un color grisáceo, mientras que en invierno se alarga para protegerle del frío y se vuelve de un color blanco, por lo que se camufla con la nieve, y detectar uno es realmente complicado. También existen ejemplares de pelaje azulado en Groenlandia.
¡A esquiar! |
Esta útil característica le puede ayudar a capturar presas tales como roedores, aves o peces (aunque es complicado, puesto que en invierno muchos roedores hibernan y la mayoría de aves emigran, por lo que también suele volverse carroñero aprovechándose de los osos polares). El zorro ártico no se encuentra en peligro de extinción, a pesar de habitar solamente en el norte del globo; las hembras dan a luz, cada primavera, grandes camadas de hasta trece o catorce cachorros.
Sin embargo, existen animales como el oso polar, el lobo o el águila real que también dan caza al zorro ártico. ¿Y quién más? ¡El humano! Muchos de los humanos que habitan por el círculo polar Ártico suelen cazar al zorro ártico por su piel.
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