20 de septiembre de 2014

Señoras y señores, con ustedes... ¡Bruna la perruna!

Bruna, mi perrita
¡Hey, bloggeros! Hoy os hablaré sobre una perrita en particular: la mía, Bruna.

 Historia:                           


Infancia:

Bruna nació en una pequeña granja en Santa Eulalia de Nembro, un gélido día de enero de 2009. Bruna era una hermosa perrita de ojos marrones, con un pelaje duro y color crema, como el resto de sus hermanos, una camada de 4: 3 chicos y ella. Bruna vivió con su familia: su madre, su padre y su abuela materna. Bruna tenía varios hermanastros mayores por parte de la madre, pero estos ya habían sido adoptados. Bruna vivió su infancia en la pequeña granja, jugando tranquila y divirtiéndose con sus hermanos.

Soledad, adopción y problemas visuales:

Al nacer esa hermosa camada, tras pasar las 6 semanas que un cachorro debe pasar con su madre, su dueña puso a la camada en venta. Los hermanos de Bruna tenían su misma edad, pero aun así parecían más pequeños.
Mucha gente a la hora de adoptar se suele decantar por los perros macho. Los hermanos de Bruna fueron adoptados con rapidez, dejando a la pobre sola. Bruna se quedó sola, con su familia, con la cual empezó a llevarse mal debido a la falta de diversión. Bruna quería explorar mundo, salir afuera, empezar a vivir la vida... pero nadie la adoptaba.

Pasaron unos meses, y Bruna ya tenía casi 16 años perrunos (1 humano), y seguía sola, por ser chica. Sin embargo, un día me decidí a adoptar un perro, y me pasé por allí.
Bruna curioseando
Bruna estaba sola, con casi 1 año, sin nadie que la adoptara. No me decanté mucho por ella, me daba un poco de pena, aunque sin gustarme. Justo cuando estaba a punto de irme, una perrita de aspecto anciano (su abuela) se acercó a mí. 

La dueña la regañó, y me explicó que tenía garrapatas. "De un momento a otro se los va a pegar a Bruna". Me di cuenta de que Bruna era la cachorrita, y entonces me fijé en que era más de lo que se veía por fuera, y la adopté. La llevé al veterinario y la lavé bien. Al llegar a casa, Bruna era feliz. Ese fue su mejor día.

Bruna era una Jack Russel Terrier mestiza de Bobtail, pero de Bobtail tenía poco, claro está, había salido a la madre. Bruna era juguetona, una cosa particular suya era que cuando cogía una pelota con la boca, cogía un juguete con las patas, y las llevaba a su cama. Bruna era un poco ladradora, pero solo un poco, cuando se enfadaba o cuando salía. Era rápida como un rayo: adoraba los paseos en el campo, el campo le encantaba. Siempre quería adentrarse en el bosque.

Con el paso de los años, Bruna empezó a chocar contra los objetos, así que la llevé al veterinario, que me dijo que tenía cataratas en los dos ojos. La curamos, pero el ojo izquierdo todavía andaba un poco mal. Pero eso se pasó: luego volvió a ver bien. Aun así el veterinario nos dijo que Bruna tenía más olfato que vista.

Amistades y características:

Bruna es muy enérgica, y muy juguetona. No se lleva muy bien con las perritas hembra (enseguida se pone a ladrar y a gruñir) pero con los perros macho es muy sociable, y solo se decanta por los más grandes, como labradores. No le gusta nada la comida para perros, pero le encanta la pera, el plátano, la manzana, el jamón y el pan, sobre todo el pan. 

Bruna también es especialmente inteligente cuando se trata de jugar: haces amago de lanzar la pelota y se prepara: se da la vuelta para cuando haya que correr a por ella, para estar preparada. Bruna corre a la velocidad del rayo, puede dar increíbles saltos,  y es muy ágil para tener 43 años... perrunos, claro, je, je, je.

Y esta es mi perrita: Bruna.

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